Que
la fe mueva montañas me parece perfecto y que cada persona crea en la
creencia y en la religión que quiera también, lo que no se puede
permitir es que esa religión en la que algunos pocos creen termine con
la vida de los demás y fabrique recuerdos en sus seres queridos
dirigidos hacia ellos porque nadie, nadie, se merece ese sufrimiento tan
ingrato.
¿De
verdad creéis que por acabar con unas pocas de vidas vais a cambiar
algo?, pobres ilusos si lo pensáis. Que si, que me parece muy bien si lo
creéis, pero poneros ahora en la posición de los familiares de las
víctimas; imaginar si os lo hubiésen hecho a vosotros y que os tocase a
vosotros vivir esa experiencia.
¡¡Ésto no se puede permitir!!
Para mí, no tenéis ni cabeza, ni corazón, ni nada; joder, que jugáis en un territorio al que no pertenecéis. No os merecéis ni un solo castigo porque no os merecéis nada, ni tan sólo eso.
Ahora
es el momento de juntar todos los manos y gritar bien alto que ésto no
puede volver a pasar, no puede volver a ocurrir. Tenemos que estar
unidos todos y hoy, más que nunca, todos estamos con el pueblo francés.
Tódo mi ánimo y apoyo a los familiares de las víctimas.
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