Es increíble lo mucho que puedo llegar a sufrir por una
persona, una persona que estuvo ahí desde que nací, una persona que día tras
día ha salido adelante como buen luchador, una persona que, aunque siempre le
han intentado sucumbir, ha sabido superar todo lo que se interponía entre él y
su felicidad, una persona a la que muchos consideran algo introvertido y una
persona que puede con todo.
“Tú puedes con todo”, que bonita frase y que arma de doble
filo; cuánto daño has hecho querida. Es verdad que sirves para sacar fuerzas de
donde no las hay y que puedes ayudar lo inimaginable en algunas ocasiones, pero
ten en cuenta que, con el paso del tiempo, te has convertido en un arma de la
que muy pocos han conseguido escapar. Eres capaz de pasar desapercibida en
infinidad de ocasiones, aunque te tengo que decir que ya he pillado el juego de
estrategas al que intentas jugar. A mí ya no me engañas más porque ya he
conseguido entender como muchos hacen todo y más para que les ayudes y después
termines haciéndoles sufrir, ya he conseguido trazar esa sinuosa línea en la
que te desplazas, una línea que hace el intento de ser una cuerda demasiado
floja pero que al final nunca consigue encontrar el punto exacto para no
romperse.
Ya nunca más me creeré nada de lo que me digas, venga de
quién venga y salga de la boca que salga, ya no me voy a creer eso que intentas
decir muy de cuando en cuando y ya no vas a conseguir hacerme sufrir más cuando
realmente lo que necesito no es poder con todo, sino poder conmigo mismo. Nos
tienes prisioneros de una enredadera que nos crea falsas esperanzas, que hace
que nuestro corazón cada vez lata con menos fuerza, que hace que nos camuflemos
en personas que ni siquiera conocemos y que quiere hacer creer que sirves para
algo. Fotografías cada instante para utilizarlo en contra de cualquier iluso y
dejas pasar esos instantes que son los que verdaderamente nos pueden ayudar.
¿Pero sabes qué te digo? Que ya no nos engañas más, que ya
no vas a conseguir que esos a los que yo llamo ilusos sigan creyendo en las
ideas que metes en la cabeza de cualquiera y que llegará el día que muchos se
van a dar cuenta del daño que haces, así que te doy las gracias por ayudar en
numerosas ocasiones y por intentar sacar ánimos cuando no los hay, pero que
sepas que ya no intentes crear falsas esperanzas a gente como nosotros porque
hemos conseguido cogerte por los cuernos y sujetarte tan fuete que no vas a
poder engañarnos ninguna vez más.